Las cosas nunca saldrán bien cuando
existe la posibilidad de que no lo hagan. Todo mata... todo hiere...
todo destruye… . Cada pregunta formulada sin aparente respuesta;
cada desafortunada confesión a destiempo; cada intento de poder
cambiar las cosas y lograr por fin volver a casa… ¡No sé ni lo
que me digo ya! Todo se está pudriendo dentro de esta sesera.
¿Cuánto llevo aquí encerrado? ¿Un
siglo? ¿Tal vez dos? No lo puedo asegurar de ningún modo. ¿Puedes
oírme? ¿Todavía respiras allí fuera? ¡No me voy a ninguna parte!
No mientras todas esas cosas sigan aquí dentro. Me siento muy solo y
enfermo ¡Y sé que todo es por mi culpa! Créeme, lo es… quizás
haya nacido para vivir sufriendo. Jamás lo he descartado, y sé que
ellos tampoco lo harán; quienes sean que me retienen aquí, entre
estos cuatro muros de acromático hormigón que cada día están más
cerca de cerrarse del todo para reducirme a simple polvo de humano
triste.
¿Cuantas palabras van a hacer falta
para poder volver a casa? ¿Por qué cada intento de hacer algo
satisfactorio se convierte en un acto de verdadera locura y egoísmo?
Todo se distorsiona cuando juegas a crear dioses; esto me dijeron una
vez y no quise escuchar esa lección. Y ahora ya es seguro… siento
como todo aquello en lo que confiaba me rechaza del todo. Ahora solo
soy una carga. Tal vez me lo haya buscado… seguramente... ¿¡Qué
diablos me estoy haciendo!?
Siento un leve chorro de agua gélida
caer sobre mi cabeza. Debe estar lloviendo. A menudo llueve por aquí.
¡Esto me gusta bastante! Siempre imagino que el agua va a arrastrar
alguna de las cosas que andan mal aquí dentro, pero solo es una
ilusión. Cómo todo… ilusiones nacidas de la pura idealización.
¡Conozco lo que va a continuación! No hace falta que me lo
recuerden… ¿Para qué hacerlo? No me prestéis mucha atención…
solamente deliro un rato más, con la cabeza en remojo y el corazón
en un puño. Puño… puño… puño… tiene gracia, cuanto más
repito esta palabra, más carece se sentido, y más interesante me
resulta. Juegos de un estúpido huésped de manicomio a quien ya no
le importa el tiempo… .
Tengo que admitir que siempre he sido
un monstruo; dentro y fuera de aquí. Un monstruo que vive temiendo a
los monstruos… suena bastante irónico, pero no tanto como lo es en
realidad. Un monstruo que quiere volver… pero que de aquí no se
irá. No tiene modo alguno. Lo que me fascina es que todavía puedo oír esa voz filtrarse
entre las grietas de esta pared. Reconozco ese inimitable sonido, te
lo aseguro. Perforando cual daga mi alma. Desgarrándome. ¡Llevame a
casa! ¡Te lo suplico! Entre tanto frío ya hecho de menos el calor.
Ya sabes lo que dicen ¿no?… cuando
llevas mucho tiempo mirando al abismo, el abismo termina mirándote a
ti. Seguramente sea por metáforas como estas la razón de que haya acabado así.
No me sorprendería demasiado. Pero estad tranquilos… soy
consciente de que de este modo tampoco voy a solucionar nada.
Solamente duele. Punzada tras punzada uno termina por desesperarse.
Oh, bueno… no si éste admite su demencia a tiempo. ¡Como si
supiese yo algo sobre la demencia! ¿Qué le vamos a hacer? Pero de
mientras aquí sigo… tan cerca de casa y tan lejos a la vez;
ciegamente insignificante; un espectro más entre tantos otros
millones que no han llegado a nada. Desterrados del mundo por todo
aquello que les daba sentido. Resulta muy teatral ¿Para qué
engañarse?. ¿Todavía sigues leyendo esto? Cuanto lo siento... .
A lo largo de mi vida he podido
recaudar varios adjetivos. He coleccionado bastantes de ellos. Malos
y buenos… me atrevería a decir que me considero afortunado en
esto, pues juraría que los buenos siempre han predominado en mis
estanterías; pero al fin y al cabo son los ominosos los que te
terminan definiendo como habitante de esta sociedad. ¡También adoro
fingir pesimismo social! Siempre queda todo mucho más dramático si
lo oscureces un poco más de lo que es necesario. ¿Ya te he dicho
que solamente deliro? Supongo que ya lo sabías… .
Anduve por unos senderos donde todo
había quedado totalmente arrasado por la supuesta deshumanización y
la insensibilidad. Lugares donde todo estaba mecanizado y distante.
¡Falso calor! Frío como un invierno eterno. ¡Menudo poeta estoy
hecho! ¡Que vergüenza! Aún así nunca he dado crédito a nada. No
soy nadie para ir dando créditos a cosas que no me incumben. Vale…
solamente creo que quise ser más de lo que pude asumir. ¡Vaya
calvario! Los demonios vuelven a formar pare de mí; solo era
cuestión de paciencia. Nada más.
Por ahora estaré por aquí esperando
a que llueva. No sé de qué arrepentirme y de qué no,
así que me arrepentiré de todo y ya; con los brazos abiertos, y sin
ninguna prisa por nada. Sigo haciendo esas cosas que, con un poco
de suerte, yo mismo logro comprender, y sigo empujando lo que
sea que haya estado empujando todo este tiempo que he estado aquí en
busca de un hogar. ¡Sigo! ¡Ya queda menos para volver a casa!
Podría encontrar un camino... por lo menos a esto me quiero aferrar.
Es lo único a lo que me puedo aferrar. Después de esto ya solo
queda basto desierto. ¡Malditas incoherencias argumentales! ¡Están
en todas partes! Y mejor que así sigan. A veces la incertidumbre es una buena aliada. ¡Cómo me gusta la
pseudo-filosofía! al usarla hace parecer a uno más profundo de lo que en
realidad es. Todos lo saben. ¿Todavía puedes oírme? No lo se... .
Se me acaban las palabras por hoy…
y, honestamente, no te molestes en buscar un significado a todo esto,
en serio. No vale la pena. Tanto lo que me crea como lo que no, todo
lo dicho lo digo por decir. Solo es simple locura no contagiosa. Ahora ya os he entretenido un rato… ya
podéis dejarme solo otra vez. ¡Nos vemos otro día!
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada