dimecres, 7 de març del 2018

EN TIEMPOS ANTES DE HEXENNACHT

La historia terminó una vez más fría y deprimente… como cada año ya pasado. Pude tener la vida ante mis ojos incorpóreos como una dulce y cálida tentación divina; sin embargo volví a perder, como siempre, todas esas anheladas oportunidades de ser aceptado tal y como las cosas han ido… como el “espíritu residual genérico” que eternamente seré. Ahora solo será cuestión de esperar y esperar, e ir empujando día tras día encerrado en el vacío y la soledad del “otro barrio”, esperando a que pase otro año entero. Imaginando como será la próxima vez en la Tierra; y fantaseando sobre como pudo haber sido la anterior. Sabiendo que la “Resurrección” no tiene ninguna prisa por encontrarme. ¿Demasiado dramático otra vez? ¿En serio? ¡Lo siento! A veces casi me olvido de que me estás leyendo… .

Solamente ha pasado una hora y ya no sé que hacer con mi tiempo. ¡Esto es muy agotador y bochornoso! Ya me he ventilado todo mi repertorio entero de chistes por contarme a mí mismo… ¿Has probado alguna vez de contarle un chiste a tu propio ser? Suena extraño, pero me atrevería a decir que es más divertido de lo que parece. ¿Sabes? Yo lo que siempre hago es imaginarme de pie en el escenario de un gran teatro renacentista; con sus magnas columnatas de oro y una colosal cúpula de mármol pintado al fresco, encima de un desfiladero de graderías de terciopelo carmín. Y en ellas, contemplándome con entusiasmo y admiración, miles de personas me aplauden bajo la luz triunfal de los combustibles focos. Y lo mejor de todo: ¡Estas personas están desnudas! ¡Muy desnudas! Y su cabello suele estar hecho de turrón de yema con grumos de nueces de macadamia. Después yo lanzo mi camiseta al público y mientras la gente se pelea por ella, dejo caer una inmensa lluvia de confeti y serpentina que les provoca una poderosa e inesperada sorpresa. Y cuando todo el teatro yace empapelado y la gente está fascinada, saco una cerilla y le prendo fuego. Después de todo... mis propios chistes no me terminan haciendo tanta gracia; pero mi estupidez incurable si lo hace.

Me paseo por el espacio vacío y me dedico a pegar algunos brincos con alguna que otra triple voltereta aérea mortal. Mi espalda ahora mismo estaría jodidísima de los porrazos que me he pegado haciendo esto; pero al no tener una espalda estrictamente física, digamos que ese riesgo ya lo tengo bastante asumido.

Llego a mi humilde morada cansado de poner a prueba la gravedad de este sitio. Bueno… cuando hablo de mi morada, en realidad me refiero a un pedazo de nada, en medio de la nada, del que me he adjudicado su propiedad. Antes dibujaba un círculo en el suelo para delimitar mi territorio; pero ese ingenioso truco no me traía más que problemas legales con el corrupto Gobierno de Satanás. El tío me insistía en que, ya que hacía un circulo, dibujase un buen pentagrama en su interior, a modo de publicidad política y todas esas movidas; pero en vez de hacer eso, yo veía mucho más conveniente dibujar un plátano. A mí me parecía la mar de gracioso... la verdad; pero al parecer, unos eran de ofensa fácil y sabían como hacerse cobrar la blasfemia.

No sé como deben ir las cosas por el Infierno. Hace años que no me acerco a esos senderos abrasadores. Tampoco creo que haya cambiado mucho la cosa desde la última vez que fui. Allí todos son muuuy conservadores y retrogradas. Me pregunto si la eterna tortura física y el suplicio constante resulta más interesante que este vacío en el que me hallo. No soy un experto ni nada… tampoco quiero quejarme por quejarme, pero quiero suponer que cuando tu horario semanal se basa en ser desollado, empalado en una estaca, o abierto en canal, las lecciones de anatomía humana avanzada no te las quita nadie. De hecho, yo siempre he pensado que de allí saldrían buenos cirujanos. Hmm… También me pregunto qué clase de travesuras debería hacer un cirujano en vida para terminar siendo condenado en el Infierno… .

Después hay otros tipejos que viven en su propio Limbo personal. ¡En serio! ¡No es broma! Me enteré de la historia de un chaval que se está pasando la muerte en un parque de atracciones. ¡Esto no es justo! ¡En absoluto! Él montado en una montaña rusa en una constante inyección de adrenalina, mientras que la máxima inyección de adrenalina a la que yo aspiro consiste en correr en línea recta. ¿¡Acaso ese niño es más importante qué yo!? ¿Por qué debería él gozar de ese privilegio? ¡Seguro que en realidad escupía en la sopa de su hermana, o golpeaba a su padre con un calcetín sudado…! En fin… cosas del Juicio Final. Aunque más que un juicio, debería ser considerado una tómbola. De todos modos ese día yo llegué tarde y ya no quedaban plazas a las que optar. La línea de trenes Pos-Mortem está escandalosamente descuidada.

Mi casa se caracteriza por tener un fantástico calendario anual en el que me recreo contando los días... y nada más. Esos son los servicios mínimos que te ofrecen en las oficinas de Atención al Difunto. De todos modos, jamás te imaginarías lo que uno, con la suficiente desesperación y una pizca de creatividad, puede llegar a hacer con ese cartoncillo doblado. No hace falta que me juzguéis por esto… .

A ver… ¿Qué más puedo hacer ahora? Venga, venga, necesito algún tema mínimamente interesante sobre el que reflexionar un rato… Veamos... Hmm… ¿La Revolución Francesa? ¿El Psicoanálisis de Freud? ¿El Tercer Reich Alemán?… ¿Patos?… ¡Espera! ¿Sabes como se llama esa canción que suena algo como: “na-na ta-ta-ta-ta na-na-na-na-na na-na ta-ta ta-ta-ta...”? ¡Me aburro…! ¡Oh, sí! ¿Te he contado alguna vez como morí? ¿No? ¿Quieres que te lo explique entonces? ¿Tampoco? ¡Vaya, qué ganas le pones! De todos modos, si estás aquí es por tu propia voluntad, así que creo que voy a explicártelo igualmente. Vale… esto ha sonado muy autoritario. No me gusta… . Te lo explicaré si no te parece mal, claro… . ¡Así mejor!

¿Alguna vez has oído a hablar sobre una exótica especie de medusa llamada Cubozoaires, o avispa de mar? ¡Sí! ¿Aquellas que son conocidas por sus cuerpos cúbicos y sus flagélicos tentáculos capaces de distribuir una dolorosa, lenta y angustiante defunción a aquel que se crea lo suficientemente osado para entrar en su rango de contacto? ¿Aquellas que en Filipinas provocan más de 40 muertes al año? Sabes de lo que hablo ¿verdad?... Pues me atropelló una moto.

Ahora si que ya no sé que más hacer… Pfff… ¿Tú qué me cuentas, eh? ¿Como va todo? ¿Bien? No te escucho del todo… la cobertura es pésima aquí dentro. ¿Qué has dicho? ¿¡Mejor que a mí!? Me lo imaginaba… Por cierto… ¿Sabes que ahora mismo estoy detrás de ti?… Acechándote en silencio... ¡Es broma! No hace falta que te gires… en serio, no lo hagas… sería muy ridículo para ambos. Solo trato de pasar el rato con la mayor improductividad posible.

Este próximo Hexennacht la cosa seguro que irá mejor. Ahora ya conozco el modo de alcanzar a la Gran Bruja de Aranei, y ese bicharraco de la entrada ahora ya me conoce a mí. Está todo bajo control. El año que viene no voy a dejarme llevar por la incertidumbre. ¡Desde luego que no! ¡Este año siguiente conseguiré la vida eterna! Aunque vaya en contra de toda naturaleza… no sé como, pero lo haré. Al menos a algo me aferro para mantener la moral alzada. Ahora solamente puedo esperar, esperar y seguir esperando.

Cojo el calendario y contemplo unas diminutas fotografías de paisajes que los cretinos de las oficinas añadieron en el diseño, y algún día ya me explicarán porqué… . Puedo ver una playa tropical impresa sobre la lámina de cartón. ¿Cuántas veces había soñado yo en un paraíso como ese cuando estaba vivo? ¿Cuantas oportunidades de viajar a un lugar así dejé escapar? ¿Cuantas veces habré mirado esta foto y me habré hecho exactamente las mismas preguntas?

Todavía recuerdo la última vez que estuve en una playa del sur. Las del norte no deberían llamarse playas, pues un ser humano no se baña en sus aguas por disfrute y capricho voluntario. Bueno, a menos que seas como era yo y te guste fingir parálisis corporales para asustar a mi tío Donald. Si es que ese pobre hombre ya estaba destinado a morir de un infarto por mi culpa… Puedo recordar también una vez que unos amigos y yo saludamos y animamos con gran admiración a un hombre que nos llamaba desde esas gélidas y turbulentas aguas, en un magno acto de valentía y superación humana. El siguiente día nos dimos cuenta de que ese señor había sido arrojado desde un barco de narcotraficantes daneses, y nos estaba pidiendo auxilio desesperado. Anécdotas… ¡Cómo hecho de menos esos momentos! Ahora éstos solamente existen una vez al año. Ojalá pudiese usar esas aguas para criogenizarme y no despertar hasta el próximo Hexennacht. ¡La eterna demora me mata!… ¡Qué irónico!

¿Y ahora qué? Se me acaban las cosas por hacer aquí y me tortura pensar que la vida me queda tan lejos ahora mismo… ¡Maldita naturaleza de las cosas! Esto es tan frustrarte como enjabonarte el cuerpo con un cactus. No me preguntes cómo lo sé… . Tampoco importa. Las horas van pasando y ya no sé que hacer. Creo que me estoy acalorando; pues empiezo a ver las cosas dobles… . Tampoco debería disgustarme este hecho, pues mejor que un calendario en medio de la absoluta nada, son dos calendarios en medio de la absoluta nada. Ahora ya ha deliro, y todo esto justo acaba de empezar. ¡Ya no puedo más! La nada es asfixiante y la espera se me está haciendo eterna. Me derrito por volver a estar vivo de nuevo, pero la Tierra me da la espalda por ahora. Necesito que me des un respiro; de verdad. ¡Un poco de aire fresco! Ahora ya solo faltan 364 días para Hexennacht.

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